lunes, 13 de diciembre de 2010

NAVIDADES COMPULSIVAS.


Que tal amigos del Jardín, hoy el Goser está feliz y es que ya es diciembre; las fiestas de la época están ya a todo lo que dan.

¡Que melancolía ver las calles llenas de lucecitas de colores, las plazas ya están adornadas con grandes árboles de navidad, nochebuenas, campanas y miles de motivos de temporada!

Los principales centros comerciales han llenado sus escaparates con las mejores mercancías que escarchadas con nieve artificial y cintas de colores nos hacen caer en la desafortunada pregunta:

¿Cómo está nuestra tarjeta de crédito?

Si amigos desgraciadamente en estas fechas las compras se convierten por excelencia en la mejor forma de demostrar nuestro cariño a las personas que amamos. Resulta paradójico el ver que el mensaje de esta festividad nos evoca humildad y fraternidad y sin embargo nosotros lo convertimos en una fiesta de despilfarre y exceso.


La comida es uno de los puntos más sensibles; nos pasamos el año entero tratando de mantener las asistencias en el carnet del "gim", contando las calorías y grasas que consumimos y dando consejos de la mejor dieta, pero en estos días solemos atracarnos de todo y cuanto hay a nuestro paso, los ricos postres, budines, flanes y mantecados no representan un complejo de culpa, así como tampoco el consumo de carnes y grasas en exceso.

Los "generosos" regalos es otro tema de mucha atención; en lo personal, soy el típico individuo que en plena tarde del 24 diciembre al estar cocinando el tradicional pavo navideño, recuerda que falta una cinta para el regalo de “el tío Pancho” y sale corriendo a comprarlo dejando el horno encendido.. ¡con tal en lo que vuelvo se cocina!... y que al final termina regresando a casa con muchas bolsas llenas de artículos que en realidad ni planeados estaban, simplemente se veían muy bien y estaban a buen precio. No creo ser el único así, a todos nos dá por comprar de más.

Mucha gente culpa a los comerciantes ya que anuncian sus mercancías de manera tan llamativa que es imposible no verlas, sin embargo yo creo que no es así, nosotros mismos hacemos que este lucrativo negocio funcione.


El Alcohol es otro de los excesos de estas fiesta, las licorerías engalanan sus botellas de formas llamativas y sin darnos cuenta pagamos por ellas mucho más de lo que valen en cualquier temporada del año, pero claro... ¿cómo no debería ser así?, si no hay reunión que pueda disfrutarse de la misma manera, ya sea con los amigos ó la familia, sin la presencia de nuestras etílicas amigas, sean de Rompope, Whisky, Coñac, Ron, Tequila, Vodka, Cerveza y hasta ponche casero, pero nos han de acompañar día a día en estas fechas.

Siempre empieza como brindis por la navidad y termina en soberana borrachera y farra, que aunque nos causa una resaca kilométrica no nos quita la intención de la reunión del día siguiente.


En fin amigo, son innumerables la cantidad de anécdotas que en nombre de las festividades decembrinas tenemos todos por contar.

Yo les recomiendo que lo pasen muy bien, sean del tipo que gasta como si el dinero se reprodujera ó de los precavidos con su economía, a final de cuentas el objetivo es divertirse.

Cuídense y sobre todo traten de convivir con la familia así sea rodeados de muchos objetos que seguramente quedarán arrumbados en el closet un año más, con mucha comida y vino, o sólo con lo necesario, lo importante es disfrutar.


La frase de esta semana creo que es trillada pero nada más acertado.
“FELICES FIESTAS!!!"

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