
Amigos se ha llegado la noche más ansiada por todos los niños. En México la tradición del día de Los Reyes Magos es evocativa a la visita que se dice hicieron tres reyes de oriente al recién nacido niño Jesús. Cada uno era portador de un regalo especial, Melchor llevaba oro, por que Jesús era un rey, Gaspar obsequio incienso ya que también era un Dios y Baltasar entrego mirra que era una valiosa sustancia aromática y muy amarga, la cual representaba la pasión para la que el pequeño había nacido.
Como todos sabemos este día se acostumbra hacer regalos a los niños ya sean juguetes ó dulces, algunas personas adultas también reciben regalos. Eso depende de su comportamiento durante todo el año; dada esta razón, creo que el Goser no recibirá nada.
También es costumbre reunirse en familia para comer la Rosca de Reyes el día 6 de enero por la noche, luego del típico desfile por las calles con la representación de los tres reyes magos, quienes a su paso reparten dulces.
Es una de las noches que más recordamos todos, ya que los nervios e incertidumbre hacían casi imposible conciliar el sueño. Por lo general, en lo personal, nunca me dejaban lo que pedía, pero aun así que gratificante era levantarse por la mañana y encontrar regalos envueltos en papeles de colores.
Quien diría que años más tarde serían otras cosas las que no nos dejarían dormir y no algo tan noble como aquello de la noche del 5 de enero de cada año. Ahora si limpiamos los zapatos es para ir a trabajar y la ilusión de dejarlos impecables para recibir un buen presente, quedó relegada casi hasta el fondo, ahí donde están también las travesuras y risas que solían hacernos felices.
Esté año amigos del Jardín por que no cambiamos la actitud y por la noche en lugar de plancharnos frente al televisor y dormir cuando termine el noticiero, nos acostamos con la ilusión de aquellos días, escondidos bajo las mantas, pretendiendo que “cuando lleguen” crean que estamos dormidos. Por que no buscamos dentro de nuestra alma esa cosquilla que nos hacia soñar e imaginar, sería magnifico lograrlo ¿No creen?; tal vez al levantarnos no encontremos nada de regalo, pero si les aseguro que al verse al espejo encontrarán una tremenda sonrisa que hacia tiempo no veíamos y quien diría en nuestra propia cara.
La intención es buena y el mensaje simple, hay que tratar de que cada día sea en nuestras vidas, aquel que siempre recordemos como fascinante.
Les dejo mi regalo en esta frase ojalá y entre en sus corazones:
“no necesito ser un rey, ni tampoco un mago para dibujar una sonrisa en tu rostro, me basta con ser tu amigo y que sepas que siempre estaré cuando las lagrimas lleguen a él”.
El Goser.
Como todos sabemos este día se acostumbra hacer regalos a los niños ya sean juguetes ó dulces, algunas personas adultas también reciben regalos. Eso depende de su comportamiento durante todo el año; dada esta razón, creo que el Goser no recibirá nada.
También es costumbre reunirse en familia para comer la Rosca de Reyes el día 6 de enero por la noche, luego del típico desfile por las calles con la representación de los tres reyes magos, quienes a su paso reparten dulces.
Es una de las noches que más recordamos todos, ya que los nervios e incertidumbre hacían casi imposible conciliar el sueño. Por lo general, en lo personal, nunca me dejaban lo que pedía, pero aun así que gratificante era levantarse por la mañana y encontrar regalos envueltos en papeles de colores.
Quien diría que años más tarde serían otras cosas las que no nos dejarían dormir y no algo tan noble como aquello de la noche del 5 de enero de cada año. Ahora si limpiamos los zapatos es para ir a trabajar y la ilusión de dejarlos impecables para recibir un buen presente, quedó relegada casi hasta el fondo, ahí donde están también las travesuras y risas que solían hacernos felices.
Esté año amigos del Jardín por que no cambiamos la actitud y por la noche en lugar de plancharnos frente al televisor y dormir cuando termine el noticiero, nos acostamos con la ilusión de aquellos días, escondidos bajo las mantas, pretendiendo que “cuando lleguen” crean que estamos dormidos. Por que no buscamos dentro de nuestra alma esa cosquilla que nos hacia soñar e imaginar, sería magnifico lograrlo ¿No creen?; tal vez al levantarnos no encontremos nada de regalo, pero si les aseguro que al verse al espejo encontrarán una tremenda sonrisa que hacia tiempo no veíamos y quien diría en nuestra propia cara.
La intención es buena y el mensaje simple, hay que tratar de que cada día sea en nuestras vidas, aquel que siempre recordemos como fascinante.
Les dejo mi regalo en esta frase ojalá y entre en sus corazones:
“no necesito ser un rey, ni tampoco un mago para dibujar una sonrisa en tu rostro, me basta con ser tu amigo y que sepas que siempre estaré cuando las lagrimas lleguen a él”.
El Goser.
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